Vizcaya. Bilbao. Sala Bilbo Rock. 25 de noviembre 2007.
(sesión 198)
¡En una iglesia! Como te lo cuento, la sala Bilbo Rock es una iglesia. O por lo menos lo era. Ahora sigue llenándose de palabras (menos sagradas) los domingos por la tarde-noche por culpa de esta panda de personas de A la luz de las velas.
Había una barbaridad de personas, oye, pero parecía que estábamos en la intimidad más absoluta. Uno termina de comprender aquello de “El goce de narrar” en noches así. ¡Qué gusto!
Colocamos el Bilbo Rock en la lista de LOS SIETE LOCALES, donde todo narrador tiene que contar antes de morirse porque si no irá al infierno y seguimos ruta.
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