viernes, 7 de diciembre de 2007

Cuenca. Iniesta. 4 de diciembre 2007.
(sesiones 203 y 204)

La biblioteca de Iniesta es hoy por hoy el lugar donde más cuentos he contado por primera vez. En esta ocasión le tocó el turno a Hormigas caramelizadas: Tres hormigas que se encuentran su camino atravesado por una tela de araña y aunque lo intentan no encuentran el valor suficiente para atravesarla. El nuevo camino les llevara a un territorio nuevo, dulce, sabroso desconocido para ellas: el interior de un pastel…

En esta ocasión la foto la hice de la bibliotecaria, para seguir con el catálogo. Pero, Almudena, mejor hacemos otra. Me matarías si la pusiera.
Madrid. Las Rozas. 29 de noviembre 2007.
(sesión 202)



Madre mía que de personas había en aquella biblioteca. Un montón. Menos mal que aquí cuidan su hora del cuento, más que eso. Me sentí constantemente apoyado por personas que hacían comprender a niños, niñas y madres (algún padre había también, es cierto) que los cuentos están hechos de palabras y que este material tan frágil necesita el silencio para sobrevivir y transmitirse.

Salimos vivos.

Y contentos.

Salamanca. 28 de noviembre 2007.
(sesión 201)

No hay gafe que cine años dure. Este me duró una sesión, menos mal. En la sala El Quijote lo pasamos bien. Sí señor, sí. Esas orejas que ve usted en la foto (y todas las demás que no cabían en la cámara) eran expertas orejas escuchadoras.
Salamanca. 27 de noviembre 2007.
(sesión 200)

Existe un dicho que advierte a los narradores
“Cuando la sesión número 200 hagas, si no llevas cuidado la cagas”.

Chico, contento como iba de tan redonda cifra: doscientas sesiones de cuentos, es como para hacerles el viaje gratis a estos turistas de las palabras. También contento de la última sesión para adultos del Bilbo-Rock donde tanto placer compartimos. Y, mira, me atrapó la maldición. Aunque cuidado llevaba, juro.

Yo todo el rato pensaba ¿Pero que ocurre?Aun sigo sin saberlo. El frío salmantino, que se nos metió en los huesos o vete tú a saber. Si digo que salió bien, miento.


Menos mal que por lo menos conocí a este par de sinvergüenzas de la foto y los sinsabores entre tres son menos. Se hacen llamar Chopito y Mamón. No los he visto en escena pero la cosa promete.
Vizcaya. Plentzia. 26 de noviembre 2007.
(sesión 199)

Acostumbrado uno a contar en casas de cultura, bibliotecas y cosas así, uno se descoloca. El día anterior en una iglesia, hoy en una sucursal bancaria… La verdad es que las palabras están invadiendo lugares insospechados. Y creíamos que lo habíamos visto todo.

No me atreví a sacar fotos, aunque seguro que las cámaras de seguridad registraron toda la sesión. No tengo acceso a la grabación. Imagino que saltó la alarma cuando pedí a todos los asistentes que levantaran los brazos, parecía un atraco, pero estábamos haciendo de hormiga.
Vizcaya. Bilbao. Sala Bilbo Rock. 25 de noviembre 2007.
(sesión 198)


¡En una iglesia! Como te lo cuento, la sala Bilbo Rock es una iglesia. O por lo menos lo era. Ahora sigue llenándose de palabras (menos sagradas) los domingos por la tarde-noche por culpa de esta panda de personas de A la luz de las velas.

Había una barbaridad de personas, oye, pero parecía que estábamos en la intimidad más absoluta. Uno termina de comprender aquello de “El goce de narrar” en noches así. ¡Qué gusto!
Colocamos el Bilbo Rock en la lista de LOS SIETE LOCALES, donde todo narrador tiene que contar antes de morirse porque si no irá al infierno y seguimos ruta.
Asturias. Oviedo. Curso Introducción a la narración Oral.
23 de noviembre 2007.

En Oviedo me encontré con estas personas asturianas. Querían saber cómo se hacía para contar los cuentos, me dijeron. Ellos ya lo sabían. Pasamos un par de días aprendiendo juntos.

El domingo después de comer, hale a seguir ruta, camino de Bilbao.
Almería. XX Salón del Libro. Asociación ALIN. 22 de noviembre 2007.
(sesiones 194 a 197)

Ya tenía ganas ya, de conocer a estar personas de ALIN de las que tantas referencias me habían llegado. No me defraudaron. Allí estaban, con un lío tremendo que montan cada año (y van 20) para animar a miles de personas (millones quizás) de corta edad en eso de la lectura. También andaba por allí Carlos Puerto reuniéndose con sus lectores. Un honor haber podido participar.



Después de comer, hale a seguir ruta, camino de Oviedo.

Cuenca. Iniesta. 21 de noviembre 2007.
(sesiones 192 y 193)

Segunda tarde en Iniesta. Ya nos vamos conociendo. Traigo un cuento sin estrenar: Ruido. Una avalancha de sonidos que empieza una mañana que Patricia pone la radio muy alta porque no se acuerda de que lleva tapones en los oídos. Su vecino protesta golpeando en la pared. Patricia no le oye (lleva tapones en los oídos), pero el vecino del otro lado sí y decide no ser menos y así va aumentando el ruido, como una bola de nieve desbocada, con taladradoras, tracas, bandas de músicas, animales del circo, policía, ambulancias, bomberos… hasta que terminarán despertando algo que debía seguir dormido.

Ciudad Real. Carrizosa. 16 de noviembre 2007.
(sesión 191)

Cambio de provincia y de público en un momento. Me esperan en Carrizosa, donde ya somos viejos amigos. Un frío más infernal que invernal me recibe, después las personas nos dimos calorcito y se estuvo a gustito.
Toledo. Cobisa. 16 de noviembre 2007.
(sesión 190)

Tarde de doblete. Empezamos con buen pie en Cobisa. Al poco de llegar me llaman por la calle, “¡Pablo, Pablo!” Me quedo muerto. No me suele pasar. Es Marta, la bibliotecaria. Claro me tiene fichado.
Madrid. Móstoles. Bibliotecas Municipales. 12 al 15 de noviembre 2007.
(sesiones 186 a 189)

Algunas veces cuando llego a Madrid me siento como absorbido por un hormiguero frenético. Si te equivocas en un cruce nunca conseguirás recuperar tu ruta. Todo está lejos. Ay.

Menos mal que pude contar cuentos, eso siempre relaja.
El primer día en el centro cultural CALEIDOSCOPIO

El segundo en el centro JOAN MIRÓ
El tercero en la BIBLIOTECA CENTRAL
Y el cuarto, una despedida de lujo con Fabiola en la biblioteca del centro Sociocultural EL SOTO

Me encuentro tan cómodo que se me sale de la boca El Espantapájaros. Un cuento que lleva escrito unos años, publicado otros cuantos pero hasta este día no se lo había contado a ningún público.

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