Cada
vez estoy más convencido de lo poquito que importo. Cuando acaba bien
una sesión doy las gracias al público y normalmente se piensa que es un
acto de educación, pero no es así. Elijo mucho las palabras con que me
despido y aunque intento no ser antipático, tampoco digo cosas que no
siento. Cuando digo "ha sido un placer" es porque es porque para mí lo
ha sido. Y cuando doy las gracias al público
es porque estoy agradecido. Soy consciente de los cuentos empiezan
desde mi nariz hacia allá. Y cuando el público lo hace bien yo solo
tengo que quitarme de enmedio para que fluyan, lo sé.
La verdad es
que cuando uno se encuentra con un público que escucha, sin bebés que
lloran, sin niños que corren, sin madres que hablan, sin teléfonos que
suenan... uno escucha el eco del trabajo de todas las personas que
hicieron que fuera posible. LOS PÚBLICOS SE CULTIVAN.
Yo ayer en
Fuenlabrada recogí la cosecha de tantas personas que han labrado,
regado, abonado y podado para que fuera posible. Los narradores que
pasaron antes (que no fueron contratados a granel) y las personas de la
organización y la biblioteca. Y las personas que vinieron porque querían
disfrutar y no "porque había algo gratis". Ay, qué bien me lo pasé en
la biblioteca Antonio Machado. GRACIAS.
(un abrazo también para las
compañeras de otras bibliotecas que todavía andan desbrozando el
terreno. Ánimo es un trabajo largo, pero tiene recompensa;)
lunes, 25 de noviembre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Colaboradores
Archivo del blog
-
►
2015
(1)
- ► septiembre (1)
-
►
2012
(16)
- ► septiembre (1)
-
►
2010
(20)
- ► septiembre (3)
No hay comentarios:
Publicar un comentario