¡Quince años! ¡Más de lo que vive un erizo!
Aquel día de 1994 empezaba un camino que nos llevó, a Félix y a mí, a tantos lugares, a conocer a tantas personas y a contar tantas historias...
Los recuerdos de quince años no caben en una botella de vino pero, en cuanto destapemos una que tenemos guardada, seguro que empiezan a salir unos cuantos, seguramente los que más risa dan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario